Probablemente, la pipa no hubiera mejorado, sólo la experiencia le había capacitado para fumar con placer similar en cualquier pipa. Había adquirido la técnica necesaria para conseguir una fumada lenta, pausada, controlando la capa de ceniza con el atacador, cargar la pipa homogéneamente, etc.. había aprendido a sacar el mejor provecho de la pipa, el tabaco, el encendedor y el atacador.
Una pipa nunca debe calentarse tanto que no se pueda sostener la cazoleta con la mano. Si se calienta mucho conviene dejar que se apagague y esperar a que el brezo se enfríe. Además, la fumada caliente irrita la lengua.
No hay que preocuparse por la posición de la pipa, ni por tragar saliva, ni por que se te apague la pipa; la experiencia te permitirá fumar tu pipa con placer.
Los tabacos de mucho cuerpo deben de fumarse en pipas con cazoleta pequeña, y que los tabacos mas ligeros en pipas con cazoletas mas grandes, no obstante, ello depende, también, de la resistencia física del fumador.
Se dice, asimismo, que los flakes, se deben de fumar en pipas de cazoleta pequeña porque tienen un sabor mas concentrado y arden mas lentamente.
No existen reglas fijas si te gusta estar mas de una hora fumando, utiliza cazoletas grandes.
Han de realizarse cortas y regulares aspiraciones que mantendrán la pipa encendida y proporcionarán las cantidades óptimas de humo para poder disfrutar de las cualidades del tabaco que se esté fumando. De vez en cuando se darán aspiraciones más enérgicas, para avivar la combustión.
El humo apenas se tiene que ver. Quien está acostumbrado al cigarrillo, intentará hacer exactamente lo contrario. Bocanadas fuertes y veloces provocan todos los inconvenientes que inducen a abandonar la pipa: calor excesivo, salivación, lengua irritada.
El humo de la pipa no se aspira, no se “traga”. Se degusta entre el paladar y la nariz. El fumador de pipa no quema tabaco, lo saborea.
El ritmo justo de la pipa se adquiere poco a poco. De vez en cuando compactar el tabaco en combustión para reestablecer un tiro óptimo. Si la pipa se apaga, se vuelve a encender, sin mayores problemas.
La pipa se puede volver a encender varias veces, si bien no conviene obstinarse en fumar el residuo húmedo y compacto que a veces se deposita en el fondo de la pipa. En estos casos es mejor apagar la pipa que fumar experimentando una sensación desagradable.
Un fumador comentó, un día, que había reestrenado su primera pipa, y le sorprendió lo bien que fumaba.
Probablemente, la pipa no hubiera mejorado, sólo la experiencia le había capacitado para fumar con placer similar en cualquier pipa. Había adquirido la técnica necesaria para conseguir una fumada lenta, pausada, controlando la capa de ceniza con el atacador, cargar la pipa homogéneamente, etc.. había aprendido a sacar el mejor provecho de la pipa, el tabaco, el encendedor y el atacador.
Una pipa nunca debe calentarse tanto que no se pueda sostener la cazoleta con la mano. Si se calienta mucho conviene dejar que se apagague y esperar a que el brezo se enfríe. Además, la fumada caliente irrita la lengua.
No hay que preocuparse por la posición de la pipa, ni por tragar saliva, ni por que se te apague la pipa; la experiencia te permitirá fumar tu pipa con placer.
Los tabacos de mucho cuerpo deben de fumarse en pipas con cazoleta pequeña, y que los tabacos mas ligeros en pipas con cazoletas mas grandes, no obstante, ello depende, también, de la resistencia física del fumador.
Se dice, asimismo, que los flakes, se deben de fumar en pipas de cazoleta pequeña porque tienen un sabor mas concentrado y arden mas lentamente.
No existen reglas fijas si te gusta estar mas de una hora fumando, utiliza cazoletas grandes.
Han de realizarse cortas y regulares aspiraciones que mantendrán la pipa encendida y proporcionarán las cantidades óptimas de humo para poder disfrutar de las cualidades del tabaco que se esté fumando. De vez en cuando se darán aspiraciones más enérgicas, para avivar la combustión.
El humo apenas se tiene que ver. Quien está acostumbrado al cigarrillo, intentará hacer exactamente lo contrario. Bocanadas fuertes y veloces provocan todos los inconvenientes que inducen a abandonar la pipa: calor excesivo, salivación, lengua irritada.
El humo de la pipa no se aspira, no se “traga”. Se degusta entre el paladar y la nariz. El fumador de pipa no quema tabaco, lo saborea.
El ritmo justo de la pipa se adquiere poco a poco. De vez en cuando compactar el tabaco en combustión para reestablecer un tiro óptimo. Si la pipa se apaga, se vuelve a encender, sin mayores problemas.
La pipa se puede volver a encender varias veces, si bien no conviene obstinarse en fumar el residuo húmedo y compacto que a veces se deposita en el fondo de la pipa. En estos casos es mejor apagar la pipa que fumar experimentando una sensación desagradable.
La ceniza ayuda a lograr una combustión regular y tranquila; en todo caso, antes de volver a encenderla, se puede eliminar la ceniza que sobresale espontáneamente girando la pipa.
El picor en la lengua se debe a múltiples causas, una de las cuales es el "síndrome de la pipa apagada", una sensación de impotencia al ver que la pipa se apaga a menudo. El síntoma mas común de este síndrome es el reencendido repetitivo de la pipa acompañado de abundante aspiración de humo y de una sensación de desánimo. Esta y otras causas también explican el mareo.
Asimismo el picor en la lengua se debe a que la boquilla se impregna con las substancias liberadas por el tabaco sus aditivos aromatizantes.
Para apreciar el aroma del tabaco durante la fumada, aspírese por la nariz el humo que se escapa por la comisura de los labios.
Cuando solo queden cenizas, vacíe la pipa y sople con fuerza por su boquilla para expulsar cualquier residuo que pueda quedar en el fondo del hornillo.
Para eliminar la humedad depositada en el interior de la cazoleta, introduzca un trozo de pañuelo de papel las veces que sea necesario hasta apreciar que este sale limpio y no deje residuos de tabaco sin quemar en la pipa, fermentarían y producirían, en posteriores fumadas, producirían malos sabores que serían muy difíciles de eliminar.
introducir el punzón
extraer los residuos
limpiar el hornillo
Sople enérgicamente por la boquilla, y pase dos o tres veces un escobillón por toda la pipa.
Naturalmente, sin sacarle la boquilla, operación muy peligrosa cuando la pipa está caliente.
Mantén las pipas, siempre, bien limpias y secas.
d
Y a aquél que interrumpiera
que al humo con su voz cortara,
a aquél que al callado fumador
molestar osara,
prohíbale Dios hablar, yantar y ...(otras cosas)
Pues en aquesta nuestra injusta vida
pocos momentos de placer el hermano halla
tan pocos, tan pequeños,
que a aquél que de una pipa se mofara
más valdría que buscara
entre los placeres terrenales uno
con el que con regocijo apreciara
Dejad a la pipa ser en paz fumada
(Con el permiso del autor)
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